… LOS CUENTOS YA NO SON LO QUE ERAN
Erase una vez …
… una jovencita que vivía en su casa la situación de la crisis. Para poder pagarse los estudios tenía que trabajar y como el trabajo no abundaba escogió uno con escasez de personal, Deshollinadora, por eso la gente que la conocía empezó a llamarla Cenicienta, porque estaba muchas horas entre cenizas.
Un buen día estando sobre un tejado haciendo su trabajo llego su madrina que no era otra que Mary Poppnis y después de saludarse y marcarse un increíble baile se pusieron a charlar. Su madrina había venido a contarla de un concurso. Estaba en su último año de carrera y había que empezar a coger todas las oportunidades que surgieran.
- Veras - le dijo Mary Popins-, es un concurso de fotografía sobre la boda de una princesa y un ogro. El que gane tendrá un puesto en el mejor periódico nacional.
- Pero no tengo vestido para semejante evento, dijo Cenicienta.
- No te preocupes la princesa Jazmin me debe un favor a sí que me prestara uno
- Muy bien en cuanto lo tengas “dame un silbidito” e iré rauda y veloz a por él.
Cenicienta, esperaba feliz y nerviosa esa oportunidad. Y por fin el silbidito llego, el vestido y el gran día.
Su credencial de concursante la permitió entrar por todos los sitios donde el real acontecimiento se estaba celebrando pero en vez de fotografiar lo que los novios hacían estaba pendiente de todos los invitados, de sus gestos, sus miradas, a quien dirigían sus sonrisas… Atenta al lenguaje corporal en el que era una experta. Capto el momento en que Pocahontas se arreglaba el pelo con la mano coqueteando con Peter Pan. Mortadelo (el compañero de Filemón) se ajustaba la corbata con la mano coqueteando con Bella, Los Picapiedra apenas se miraban o tocaban, el soldadito de plomo se quedaba boquiabierto cuando La bella Durmiente le miraba tocándose un labio con la punta de la lengua y como no, las miradas cómplices y felices de los novios contrayendo matrimonio…
De pronto, mientras buscaba con su objetivo algo que fotografiar se encontró con unos preciosos ojos de color marron oscuro que estaban acompañados por una increíble sonrisa. Cenicienta aparto sus ojos pero algo en su interior la hizo volver a mirar. Y allí seguía él, mirándola. Enfoco su objetivo dispuesta a no perder semejante rostro ni semejante oportunidad. Era un personaje extravagante, fuera de lo común. Un pañuelo en la cabeza sujetando su larga y rasteada melena negra. Bigote y perilla perfectamente cuidado con alguna cuenta de madera adornándolo, camisa blanca de mangas largas con volantes en los puños y en el cuello. Un chaleco y botas altas de color negro con pantalones grises, chaqueta de lord, una enorme espada colgada de un gran cinturón y sujetando entre sus manos un usado sombrero negro de tres puntas. No había duda, no podía ser otro, nada más y nada menos que Johnny Depp ( el pirata del Caribe). Los ojos de ambos se encontraron y durante varios segundos se miraron sin reservas. La adrenalina empezaba a asomar pero ella tenía que controlarse, era una concursante y él un invitado, no podían hablar, pero si mirarse. A sí que entre foto y foto fue lo que hizo. Entre una multitud de extraños había encontrado unos ojos enigmáticos y una sonrisa sincera. Una combinación explosiva, porque tenía toda la pinta de ser un chico malo, pero…
Estaba disfrutando mucho de este reportaje. La misa termino y con ella el tiempo de estar allí, entre tanta gente famosa. Cenicienta entrego su trabajo y salió. Tenía los pies molidos, se quito los zapatos de tacón y se puso las bailarinas que llevaba en el bolso. Pero en el cambio uno de los zapatos se lo dejo en el suelo sin darse cuenta.
Cuando termino la ceremonia Johnny Depp intento buscar a la preciosa chica que se escondía detrás de la cámara de fotos, la busco por todos los lados pero solo encontró en el suelo, en una de las escaleras uno de sus zapatos.
Lo tuvo muchos días en su poder y cada vez que lo miraba más le gustaba y mas se lamentaba de no haber hablado con aquella joven. Un día decidió contratar a un detective para localizar a la dueña del zapato y contrato el mejor y más rápido, el inspector Gadget entro en escena y como un sabueso siguió las pistas hasta dar con ella. Johnny Depp, armándose de valor se presento en su dirección con el zapato dispuesto a devolvérselo a cambio de una cena. Cenicienta se quedo muy sorprendida pero no se pudo ni quiso negar. Recuperar su zapato preferido y además cenar con un chico interesante no pasaba todos los días.
Y así fue como Cenicienta y Johnny Depp empezaron una relación. Un buen día decidieron irse a vivir juntos, aprovecharon el barco de él para conocer mundo y de paso hacer un estupendo reportaje que…
Bueno eso ya es otra historia…
… LOS CUENTOS YA NO SON LO QUE ERAN
Aquí os dejo el “destrozado” cuento del mes de Abril. Espero que hayáis pasado un rato agradable y si habéis sonreído mucho mejor.
HAY MAS VERSIONES?
PUES SIIIII.... ESTAS
DIAZUL
CAMPOAZUL
MARIA EUGENIA
EL CANTO DE LA LUNA
FUERZA EN LA SANGRE
Aqui os dejo para que la disfruteis la version que me ha mandado JOTA
CENICIENTA EN EL BAILE
Por fin, había llegado el gran día. Mi deseo finalmente se había
cumplido.
Era un gran baile, por todo lo alto, la corte entera se hallaba presente
y yo me sentía parte importante de esa celebración.
La música sonaba en el salón, las danzantes figuras daban
vueltas y más vueltas, los tules y
lentejuelas brillaban bajo mi potente luz, todos mis brazos extendidos e
iluminados daban amplitud a este gran espacio lleno de máscaras y risas.
De pronto allí estaba, sobre la escalinata de la entrada, se
hallaba la criatura más perfecta y maravillosa que había contemplado nunca, de
oscuros ojos cual azabache, labios sonrosados, ligeramente húmedos en espera de
ser besados por un gran amor. El Cabello
de rizos perfectos, caía graciosamente sobre su rostro porcelana. Ningún adorno
superfluo quitaba belleza a su hermoso cuello de cisne, su pecho palpitante de
emoción se asomaba con timidez bajo un vestido de tul, tan fino, que parecía
confeccionado con polvo de estrellas. se adivinaba un cuerpo dotado de
hermosura, sinuoso, de largas piernas, que acababan en dos perfectos pies,
graciosamente adornados con zapatillas de cristal.
Y allí estaba él; tan galante, tan aguerrido, tan buen mozo,
rodeado de damas de la corte, y de doncellas casaderas. Sus miradas se cruzaron
por un simple instante.
Ella con timidez, caminó hasta el centro del salón, él corrió raudo
a su encuentro. Su mirada fija el uno en el otro. Él con sus manos trémulas de
emoción, agarraba su delicada cintura, y danzaban de un modo espectacular.
Todas las miradas estaban posadas en tan delicada estampa, pero para los dos,
no existía nadie salvo ellos mismos. La
música y las luces comenzaron a decrecer, se acercaba la media noche, las
campanadas comenzaron a dejarse escuchar con su tañido lastimero. Ella le
dirigió una última mirada, y se alejó corriendo.
Él se quedó solo, abatido, la Corte comenzó a dispersarse, los criados
emprendieron la limpieza del gran Salón, a mí ,me apagaron al alba, lo último
que contemplé, fue un reflejo en sus manos, sujetaba una zapatilla de cristal.
Jota.