Esstrella había decidido que hoy sería el día, cuando todo el mundo se hubiera ido de la tienda y solo quedaran ellos dos, llevaría a cabo lo que durante días había planeado.
Por fin llego la hora. Todos los clientes y empleados les dejaron a solas. Cerró con llave, bajó las luces y se quedo mirándole largo rato. Suspiró, ahora o nunca, se dijo. Pensativa y nerviosa se acerco a él y sin dejar de mirarle comenzó a hablar.
- Por fin ya estamos solos, llevo días queriendo hacer esto, pero no me sentía capaz. Tengo miedo de no hacerlo bien, pero ya no puedo esperar más.
Le tenía delante de ella, le estaba mirando. Seguía hablando.
- Quiero que sea especial, muy especial, que me hagas sacar una sonrisa al final.
El no contestaba. Estaba inmóvil...
- No digas nada, continuó Esstrella, déjame que yo lo diga todo, lo haga todo …
Él no podía hablar, tenía los ojos brillantes como el cristal intentando observar todo, impasibles, sin expresión.
- No te preocupes, todo saldrá bien, al menos por una vez quiero demostrar mis dotes...hacer realidad un capricho...estate quietecito, déjate llevar…
Le tenía delante, tan cerca que podía olerle. Levanto su mano y le toco el pelo,
- Creo que te favorece este corte de pelo, es más varonil.
Deslizó sus manos por su nuca y poco a poco las llevo a su pecho. Muy despacito comenzó a desabrocharle la camisa, botón por botón, muy despacio. Cuando por fin los tuvo todos le quito la camisa con suma delicadeza, sin dejar de mirarle
- Llevas una camisa preciosa ...
El permanecía impasible, como si no fuera de este mundo, se dejaba hacer como había sido ordenado. Estrella volvió a acercarse y puso sus manos en su pecho y las deslizo suavemente…disfrutando del tacto hasta que llego al cinturón y comenzó a soltarlo…
- Ya no necesitaras esto, no necesitas fingir delante de mí, los pantalones no se te caen. Son la talla perfecta.
El seguía inmóvil pero en breves ya no podría dejar de ocultar por más tiempo su desnudez. Ella poco apoco y dulcemente le estaba despojando de todo lo que llevaba encima. El no podía pensar, no quería…
- Te quitare el pantalón…en el suelo, será más fácil.
Consiguió sin mucho esfuerzo tumbar su cuerpo sobre la moqueta de la tienda y de rodillas a su lado, desabrochó su pantalón y comenzó a quitárselo…
Ya le tenía desnudo, solo para ella… Se quedo mirando su cuerpo deleitándose en cada parte … y antes de seguir le dijo:
- Es increíble cómo cambia todo, cómo evolucionan las cosas…eres casi perfecto, tienes un cuerpo precioso una expresión atractiva, un pelo sedoso, unos ojos que parecen que están vivos... pero tu cuerpo está hecho por partes y es de plástico. No estás nada mal para ser un maniquí.
Por fin llego la hora. Todos los clientes y empleados les dejaron a solas. Cerró con llave, bajó las luces y se quedo mirándole largo rato. Suspiró, ahora o nunca, se dijo. Pensativa y nerviosa se acerco a él y sin dejar de mirarle comenzó a hablar.
- Por fin ya estamos solos, llevo días queriendo hacer esto, pero no me sentía capaz. Tengo miedo de no hacerlo bien, pero ya no puedo esperar más.
Le tenía delante de ella, le estaba mirando. Seguía hablando.
- Quiero que sea especial, muy especial, que me hagas sacar una sonrisa al final.
El no contestaba. Estaba inmóvil...
- No digas nada, continuó Esstrella, déjame que yo lo diga todo, lo haga todo …
Él no podía hablar, tenía los ojos brillantes como el cristal intentando observar todo, impasibles, sin expresión.
- No te preocupes, todo saldrá bien, al menos por una vez quiero demostrar mis dotes...hacer realidad un capricho...estate quietecito, déjate llevar…
Le tenía delante, tan cerca que podía olerle. Levanto su mano y le toco el pelo,
- Creo que te favorece este corte de pelo, es más varonil.
Deslizó sus manos por su nuca y poco a poco las llevo a su pecho. Muy despacito comenzó a desabrocharle la camisa, botón por botón, muy despacio. Cuando por fin los tuvo todos le quito la camisa con suma delicadeza, sin dejar de mirarle
- Llevas una camisa preciosa ...
El permanecía impasible, como si no fuera de este mundo, se dejaba hacer como había sido ordenado. Estrella volvió a acercarse y puso sus manos en su pecho y las deslizo suavemente…disfrutando del tacto hasta que llego al cinturón y comenzó a soltarlo…
- Ya no necesitaras esto, no necesitas fingir delante de mí, los pantalones no se te caen. Son la talla perfecta.
El seguía inmóvil pero en breves ya no podría dejar de ocultar por más tiempo su desnudez. Ella poco apoco y dulcemente le estaba despojando de todo lo que llevaba encima. El no podía pensar, no quería…
- Te quitare el pantalón…en el suelo, será más fácil.
Consiguió sin mucho esfuerzo tumbar su cuerpo sobre la moqueta de la tienda y de rodillas a su lado, desabrochó su pantalón y comenzó a quitárselo…
Ya le tenía desnudo, solo para ella… Se quedo mirando su cuerpo deleitándose en cada parte … y antes de seguir le dijo:
- Es increíble cómo cambia todo, cómo evolucionan las cosas…eres casi perfecto, tienes un cuerpo precioso una expresión atractiva, un pelo sedoso, unos ojos que parecen que están vivos... pero tu cuerpo está hecho por partes y es de plástico. No estás nada mal para ser un maniquí.