Ya estoy aquí otra vez, no quiero, ya sé lo que pasa, siempre es lo mismo. Y aun sabiendo cómo termina no soy capaz de pararlo, de cambiarlo. Tendrá que suceder una y mil veces hasta que por fin descubra el porqué, el cuándo, el donde.
Porque siempre que vengo a esta casa me domina este sueño? Solo me pasa aquí, en la casa del pueblo. Donde se supone que vas a disfrutar de la tranquilidad del campo. Sera el, con sus eternos secretos, quien se mete en mi sueño y me quiere contar?
No soy yo quien protagoniza el sueño, pero me siento dentro de su cuerpo. Un cuerpo de hombre que se mueve sigilosamente en el silencio de la noche, irrumpido por el ruido de las botas sobre las hojas del suelo. La noche ya está aquí, imponente tan solo abrazada de vez en cuando por la luz de la luna cuando las nubes ceden a su llanto.
Un viento frio se levanta, susurrando la angustia de las almas que van directas a la muerte. El agua del rio canta para que mi conciencia no se cargue de oscuras sombras. Y camino seguro de mi mismo. Amando la oscuridad de la noche y seguro de lo que voy a hacer, siempre estoy seguro, nunca me arrepiento.
Sigo avanzando, con mi rifle en mano, alerta de cualquier ruido extraño. Por fin se termina el camino y llego a un claro donde los murmullos humanos me llegan a través del viento frio, el mismo que me acompaña siempre en este sueño. Me acerco.
En mi presencia el más desgarrador silencio se apodera de todos y tan solo con una mirada empieza mi angustia.
Para, detente no sigas, ya sé como sigue y no me gusta.
Pero tú, yo, no me oyes solo respondes a tu realidad. Ante ti se encuentran tres almas en tres cuerpos, temblorosos, suplicando por su vida, mirando al cielo en busca de la piedad de las estrellas que hoy no han querido salir.
Y apuntas, y disparas. Uno tras otro van cayendo, así hasta tres. Sin consideración, sin preguntas sin remordimientos.
No puedo detenerte, no quiero mirar y aunque cierro los ojos para no verlo escucho el sonido atronador que escupe tu rifle.
Porque no tenemos piedad?
Porque en lo sueños somos capaces de hacer cualquier cosa?
Porque nos abren las puertas de otros mundos, tiempos y lugares? Porque somos capaces de reconocernos en cuerpos que no son el nuestro?
Porque tenemos el conocimiento absoluto que es real lo que está pasando?
Quizás a mi no me corresponde preguntar, aunque tu cuerpo no me pertenece compartimos alma. Buscare en sus cicatrices, tengo que hallar la respuesta.
Ya esta, ya paso, ya da igual quienes eran y porque lo hicimos. Ahora ya sé que está a punto de terminar y empiezo a sentirme aliviada.
Despierta, revivo mi angustia sin poder hacer nada por tranquilizarme. Muchas veces he soñado lo mismo debería estar acostumbrada.
Amanece, necesito salir a pasear por el campo, me sentara bien. Y camino con mis manos en los bolsillos disfrutando con los 5 sentidos de la vida que aquí habita. Y de nuevo el viento frio decide hablar y no puedo por menos que escucharlo y seguir su rastro. Y allí, bajo un árbol el viento barre la tierra dejando al descubierto... restos humanos.
Ya se donde.
Esto sí que es nuevo, nunca había llegado hasta aquí, y al acercarme... despierto a la realidad del día.
Empapada en sudor, me levanto de la cama y miro por la ventana de mi habitación. Fuera hace un día precioso, el campo está en pleno esplendor. Pero hoy no quiero salir de paseo. Tengo miedo que el viento frio aparezca de nuevo y se ponga a barrer bajo el árbol del vecino...