Esstrella había leído muchos libros sobre historias , secretos y misterios de Egipto.. La fascinaban esos temas. Cuando oía hablar de ese país escuchaba que todo aquel que le visita encuentra lo que busca, los aventureros y los espirituales. Egipto siempre ofrece un cambio de vida, su energía es muy diferente a la de cualquier lugar del planeta. Quizás se deba a tantas leyendas antiguas sobre reyes, sacerdotes, extraños ritos, maldiciones y brujerías.
Necesitaba un cambio a sí que ese destino sería ideal.
Tras muchas horas de viaje llego al Cairo donde parece que el tiempo se ha parado. El olor a sus miles de especias, canela, comino, cardomo, pimienta, anís, jengibre, azafrán, consiguieron enamorarla nada más llegar.
Tuvo tiempo de visitar las pirámides, la Esfinge, Mezquitas, Alejandría, un paseo por el Nilo, por los Zocos de la ciudad vieja y hasta de conocer turistas de todas las partes del mundo. Disfruto mucho del viaje, pero en su interior todavía seguía la misma sensación.
El día antes de regresar a casa decidió dedicar su tiempo a ver el museo de la ciudad. Uno de los más viejos y misteriosos del mundo. Paseo por todas sus estancias deleitándose en sus vitrinas. Lo que más quería ver eran las momias.
Desde pequeña la habían llamado la atención. Siempre se había preguntado si sus maldiciones serian ciertas, si el misterio y la magia que las rodeaba eran vedad o solo leyendas. Caminó hasta entrar en la sala donde estaban expuestas. La luz no era muy intensa y el frio se hacia el dueño de la estancia. Con las manos frotándose los brazos fue recorriéndolas una por una. Intentando descubrir con una mirada, si bajo esa momia habría un hombre o una mujer, para al final leer el cartel correspondiente. Se estaba acercando a la momia de más reciente descubrimiento cuando un hombre de aspecto extraño la dijo:
- No la mires a los ojos, a esta no.
Esstrella pensó que sería una de tantas supersticiones lugareñas y sin pensarlo dos veces siguió el juego que venía repitiendo con todas. Recorrió las inscripciones escritas en jeroglíficos del antiguo egipcio, intentando adivinar información sobre ella, pero no consiguió nada. Cuando se centró en la cara vio que su expresión era diferente. Parecía esbozar una mueca de sonrisa, tenía algo de pelo, sus ojos estaban entreabiertos y bajo sus parpados solo se veía un negro infinito. Mirándola de cerca asustaba más que ninguna.
Esstrella se quedó con la mirada fija en el vacio de esos ojos y de pronto algo brillo en el fondo. Algo que la impedía cerrar los suyos y apartar la vista de aquella luz… En su cabeza se repetían una y otra vez las palabras del hombre extraño.
De pronto sintió un terrible escalofrío, un agudo dolor en el pecho y unas terribles ganas de vomitar. No podía dejar de mirarla. Sintió que su cuerpo se hacía más liviano. Oscuridad, miedo, paz…
Cuando pudo abrir los ojos lo primero que vio fue a ella misma mirándose a través de la urna de cristal que la separaba de la momia. Y rápidamente descubrió con horror que su alma estaba encerrada en el cuerpo de la momia y una nueva alma ocupaba su antiguo cuerpo. Sus ojos, que hasta hacia segundos habían sido de ella, la estaban mirando y con una sonrisa se estaba despidiendo. Su cuerpo dio media vuelta y se fue alejando sin mirar atrás.
Su nuevo yo estaba regresando a casa mientras ella se quedaba encerrada en esa momia poderosa que la retendría hasta que unos ojos se atrevieran a mirarla con el imperioso deseo de comenzar una nueva vida.
Quizás debería haber leído antes el cartel de identificación de la momia
THAT
La viajera.
Secretaria de los dioses, That es la que posee y domina el tiempo. Es la luna, la que marca los ciclos. That divide el tiempo, preside la escritura de la historia. Adjudica cuerpos a las almas enfermas.
That Escribe historias en el Libro de la Vida. Es maestra del intercambio. Conoce los jeroglíficos, las palabras que crean las cosas. Suscita lo que desea simplemente deseándolo. That conoce las fórmulas mágicas. Se le reza para los cambios y ofrece la experiencia de un cambio de vida.
That Escribe historias en el Libro de la Vida. Es maestra del intercambio. Conoce los jeroglíficos, las palabras que crean las cosas. Suscita lo que desea simplemente deseándolo. That conoce las fórmulas mágicas. Se le reza para los cambios y ofrece la experiencia de un cambio de vida.
-That es producto de mi imaginación, no existe (bueno, al menos de momento), espero que me perdonen egipcios y arqueólogos