NO SOY MARIONETA



A ti mi titiritero
 que en los días de luz y tinieblas,
has movido mis hilos
que entre tus dedos corrían  invisibles
para unir nuestras almas.
Hilos de amor eterno
 que no quieren permitir que me aleje de ti.
No tenía ojos para ver el brillo de los tuyos
 cada vez que me mirabas.
No podía  oler el amor que desprendías,
 mi oídos no escuchaban lo que tu silencio me decía,
 no sentía tus caricias en mi cuerpo de trapo.
Moviste mis hilos una y otra vez,
con tu eterna sonrisa y tu paciencia infinita.
 Cuanto más distante estaba 
más te quemaba el ansia por besarme.
Y mientras dormía velabas mis sueños,
  acariciabas mi alma,
 y hasta estoy segura que me susurrabas
cientos de veces lo mucho que me amabas.
Y un buen día vi una lágrima de amor correr por tu mejilla,
Desesperada, impotente, sin palabras.
De repente sentí  en mi pecho un latido…
Ya no soy marioneta.
Tengo corazón.
 Y los sueños renacieron…